30 sept 2016

WILLIAM PELAEZ, UN ARTISTA MONUMENTAL

Por Julián María Ospina.
Docente

William Peláez tiene madera para el arte, piedra para el arte, color para el arte. Es un maestro. Maneja como pocos la técnica del barranquismo que se fundó en el Departamento del Quindío, en Quimbaya. Se hicieron los primeros murales con base a la cultura Quimbaya. En la misma línea Willian Peláez esculpe en el muralismo la cultura paisa: la ganadería, los arrieros, el café y todo lo que “nos concierne”, dice él, hombre sereno y de sonrisa transparente.


Es de pueblorrico y egresado hace más de 30 años de la I. E. El Salvador. Comenzó de una forma muy empírica y con unos cuantos talleres en Medellín se abrió el amplio campo del arte. Y este universo lo ha llevado aquí en el municipio. “He crecido a mi modo, a mi modo me he propuesto hacer las cosas y de cierta manera se ha hecho una labor y el municipio también a su modo la ha ido asimilando, me ha ido aceptando”. El Municipio cumplía los cien años y él se plantó qué regalo darle.

Con su mural le ha dado una imagen de Pueblorrico a Antioquia y al país. Para él es la obra más querida. Realizada a lo largo de un año y medio. “Primero surgió la idea y después la cosa ideada”. Fue una donación con la colaboración del municipio, sacó bocetos y se fueron dando. La idea fue la base de la economía, la parte religiosa y las instituciones. Como parte central el rostro de Cristo que abriera el trayecto de peregrinación al hermoso Gólgota, más que por la escena religiosa de Juan, María ante al Cristo, por la divisa de ese aura suroeste. Oro del espíritu ya oleaje de montañas.

Del mural nos cuenta Don Willian Peláez como le dice los muchachos del colegio con toda razón: Primero sacamos la idea, se buscó plasmar la cultura y las costumbres del pueblo, se buscó el sitio del Gólgota, aunque hubiera sido muy bueno en la entrada del pueblo. Estaba muy enmalezada la entrada al Gólgota. La tierra se prestaba, era compacta y gredosa. Y se comenzó a dar los primeros bosquejos con la parte central: el sagrado rostro. Y eso ya dio pie a ir trabajando la parte urbana con sus personajes típicos y todo lo demás. El material que se utilizó para todo esto fue hierro, malla para darle estabilidad a los barrancos, igual que se le da estabilidad a los taludes para sostener las barrancas. Tomé unos ganchos de hierro y la malla la coloqué. Primero hacía el bosquejo caprichoso y luego con barro, cemento y otros impermeabilizantes que le echo yo, se pisa el barro y ya el barro maleable se agrega a esa forma caprichosa, pero ya colocando detalles, puliendo todo, bien creado, de a poquito para que no se dañe el concreto. Es de saber meter los elementos. La mayor dificultad es la misma mano de obra, porque estás solo. Mucha gente te quiere ayudar, pero no todos son escultores.

El mural se divide en la pare urbana y la rural. Casa de la Cultura, Biblioteca, la iglesia, los personajes legendarios, los ancianos, la medicina, la institución educativa, los juzgados, la danza, el teatro, la música, la danza y una cruz sensual. “La cruz como tal y la pareja desnuda son dos elementos muy esotéricos, pero también para el común de la humanidad lo podemos mostrar como los primeros habitantes que vivieron mostrando también su religión y su parte espiritual. Dentro del campo esotérico la cruz es unión del amor”.

En sentidos más allá de la superficie ahonda esta vez no una escultura sino otra pintura, la que tiene en la alcaldía, del lado del hotel Casa Viejas para mayor referencia. “El fuego es el mismo amor divino, la pasión que envuelve a la pareja que está a los lados”, habla Willian. En esa pintura está representado el pene y la vagina, los guijarros y una especie como de planeta o nave espacial, no desligando otros hermanos en otros planetas, explica Willian, quien tampoco desconoce que en el mundo de la creación la fraternidad es universal.

Al preguntarle por el arte me dice que “uno nace con esa pasión”, que ese fue el rayo que le dio la creación. “Y es muy bueno uno descubrirse”, me dice William mientras tomamos café en el aire matutino del colegio. Recuerda que la primera escultura que hizo fue una talla en madera, siendo aún colegial. Desde segundito de escuela ya sabía lo que quería, lo que iba a ser, qué fortuna, hay quienes en un décimo grado o en último semestre de pregrado todavía no lo saben. Continúa William: “Para mí el arte es todo quehacer humano que se haga con amor. Todo. Hasta consumir una comida. Nada escapa al arte ¿si me entiende?”

Del arte en la escuela, en las instituciones educativas, piensa que toda la vida ha sido como la del paseo. “Lo que es el área de artística han estado rezagados. Casi nunca hay un formador profesional para ellas. Y son áreas tan supremamente fundamentales como las que más. Son áreas que portan mucha sensibilidad y espiritualidad, mística, que si el joven de hoy en día con todas las carencias las asumiera, no solamente sería mejor persona si no que crearía una opción de bienestar económico tan importante ahora con tanta falta de empleo. Ha sido muy duro para el estudiantado meterse por la parte artística. De hecho yo ahora soy un voluntario aquí en colegio, donde ha aportado no solo con sus clases sino con sus brochazos en unos muros que a un profesor le dio por “rayar”.

La mayor dificultad como artista es no poder mostrar lo que se quiere y puede mostrar. Todo mundo conoce la obra pero nadie llama. Aunque cada obra es un hijo y eso es una alegría. También el reconocimiento es gratificante. En términos de arte nos hace falta mucho, porque con el arte se podría abrir nuevas fuentes bastantes interesantes, para que a todos nos vaya bien. Creo que es el arte el que puede abrir la economía del turismo sostenible al municipio, habla William.

Foto de Diana Restrepo, RDH Fotografía
El sueño que sueña obrar escultóricamente sería la entrada al municipio. De una cuadra o más. "Y Pueblorrico tiene ahí a la entrada del pueblo, un lienzo bastante grande, como mandado a hacer para mí", sonríe Willian cuando estamos terminando de conversar y tocamos depronto el territorio de los sueños. William, el papá de Oriana, estudiante de 6°03 en el colegio donde cuya madre y esposa, Luz Alba García, es también docente de primaria.
William es un artista plástico en el más amplio sentido y en lo que menos superficial que esta palabra pudiere significar. Pinta y vive de la pintura y de la escultura. Es una creación interna y más desde la casa cuyo color y forma también lo revela como artista. Como artista auténtico le ha gustado explorar, pero la más difícil y lo más grande es lo que le ha gustado, el barranquismo. Solo con el mural del cerro El Gólgota, Willian Peláez se consagró como un artista monumental. 

Se recordará a lo largo del tiempo, todavía más que un gobernante de turno o un perro callejero. Cada que uno va a empezar a subir se detiene en señal de reverencia y no sabe si apurar el paso, no vaya a ser que nos embista el toro de las corralejas, que el barbudo de la biblioteca empiece a leer en voz alta o que el escultor, en la parte superior izquierda (idéntica ubicación la del corazón), es decir William, nos golpeé con su martillo botándonos algo endurecido que nos sobre. 

Sí, William Peláez, un artista monumental. El rayo de la creación lo siga asistiendo por los siglos de los siglos. Tal como Jesús se recuesta en el cosmos divino para llorar la humanidad que redime no sin padecerla hasta el abismo. 



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A continuación un video realizado por Rubén Darío Herrera, allí también esboza lo que Willian Peláez es y obra.

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